Desfalco semántico y travestismo de derechas

 


Por Godo de Medeiros | Imagen: Joker Face/Vanessa Valo

Al erudito mexicano Fernando Buen Abad Domínguez le escuchamos por primera vez el concepto desfalco semántico al referirse a las derechas de todo el mundo que no solamente han saqueado a las naciones donde han gobernado sino que desde hace varias décadas se vienen apropiando, descaradamente, del discurso de la izquierda, su contraparte que, pese a todo, no termina de reaccionar o no sabe cómo defenderse de ese robo descarado e impune.


Mario Roberto Morales, intelectual guatemalteco y estudioso de la comunicación, decía de las derechas que son incapaces de pensar por sí mismas y que por ello recurrían al travestismo político y discursivo tratando de parecerse a la izquierda cuando se veía ante la terrible ocasión de tener que razonar o argumentar sobre alguna temática en especial o sobre sus propias ideas en particular.


No nos resulta extraño, en consecuencia, que tras el desastre electoral de 2023 que experimentó la derecha guatemalteca en el último proceso en el que participó con docena y media de binomios presidenciales sin lograr la apetecida Presidencia de la República pese a una inversión de miles de millones de quetzales, ahora venga con su ejército de resentidos opinionistas y netcenteros en las redes sociales a robarse hasta la forma de hacer memes.


 Cuando los tribunales, las cortes y el ente responsable de administrar lo relativo a procesos electorales excluyeron al binomio del desaparecido Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), la izquierda alegó fraude frente al silencio absoluto de la derecha que luego de que sus dieciocho binomios perdieran las elecciones presidenciales entonces sí comenzaron a decir que hubo fraude.


Pero eso no es nada.


Debido a que en años pasados la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) instituyera en el léxico popular la lucha contra los corruptos, resulta que el Ministerio Público (MP), administrado por un grupo de organizaciones de extrema derecha, se inventó (porque todavía no lo ha demostrado fehacientemente) que el Movimiento Semilla se había inscrito con firmas falsas y con dineros no registrados, con lo cual la derecha tomó la estafeta de la lucha contra los corruptos, pretendiendo que el binomio ganador no tome posesión de la Presidencia y Vicepresidencia de Guatemala.


Ejemplos abundan, pero no el tiempo para seguir leyendo (debido a que la derecha, precisamente, no lee ni le gusta que otros lo hagan porque pueden aprender a pensar).


Pero si estos dos insignificantes pero contundentes ejemplos no bastaran, el ridículo más reciente de la derecha (que en el pasado fabricó a una joven a imagen y semejanza, según aquella, de la intelectual chilena Camila Vallejo) quizá sea el hecho de que, frente a la decisión del gobierno de Estados Unidos de negar visas a centenares de derechistas guatemaltecos antidemocráticos y corruptos, ahora los ejércitos de resentidos opinionistas y netcenteros vienen a decir que Guatemala debería de suscribir acuerdos comerciales con la comunista e izquierdista Rusia que no nos castiga como colonizadores, no nos impone sanciones (ni les cancela visas, querrán decir) ni interfieren en las elecciones... (por favor, ¡paren de sufrir!).


En pocas palabras, no les ha bastado esquilmar al Estado sino que ahora se peinan con total desfachatez los discursos antiimperialista y antiyanqui que acuñaron los rebeldes y progresistas en la década del sesenta del siglo pasado y a quienes la derecha reprimió hasta la muerte acusándolos de comunistas y de ser financiados por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la Rusia actual dirigida por Vladimir Putin.

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