Sugerencias para evitar unas elecciones sangrientas


Por Godo de Medeiros

Las maniobras opacas de las propias organizaciones políticas, los desaciertos del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la desinformación en redes sociales inducen a pensar en un escenario cruento el día de las elecciones generales programadas para el 25 de junio.


En casi 40 años de "democracia", por primera vez existe una desconfianza casi unánime hacia los magistrados del TSE y la idea de un fraude electoral se afianza con el correr de los días.


La exclusión de candidaturas y la consecuente judicialización de los casos, la proliferación de encuestas con resultados disímiles y hasta inverosímiles y la adquisición de un sistema informático que deja dudas en algunos fiscales de organizaciones políticas, podrían convertirse en el combustible para encender pasiones el día de la votación, cuando ciertos grupos psicológicamente preparados para un resultado se enfrenten a otro totalmente distinto. 


Por si aquello fuera poco, el advenimiento de las herramientas de Inteligencia Artificial (IA) podría crispar los nervios y en lugar de darle tranquilidad al electorado lo sumergiría en una mar de desconfianza por los temidos algoritmos que ya han demostrado que pueden falsear datos, audios e imágenes.


Para despejar las dudas y generar confianza en la población, el TSE bien podría echar mano de la herramienta gratuita Google Cloud, que es mucho más eficiente y confiable que cualquier software particular, pues la mayoría de estos están basados precisamente en la tecnología del gigante estadounidense.


La compañía Microsoft también dispone de herramientas confiables para la captación, almacenamiento y transmisión de datos que en todo caso no costarían ni siquiera la décima parte de los Q156 millones que el ente electoral gastará para transmitir datos y asignar los puestos que resulten de la elección.


En última instancia, y en aras de evitar disturbios, destrucción de infraestructura y riñas entre grupos de pobladores, el pleno de magistrados del TSE está a tiempo de considerar seriamente llevar a cabo el conteo voto por voto con la presencia de todos los partidos políticos y las misiones de observadores nacionales e internacionales.


Para lograrlo, se deberá acomodar la infraestructura necesaria en cada una de las 22 cabeceras departamentales, adonde se trasladarían las urnas electorales inmediatamente después de cerrada la votación.


Tomando en cuenta que la mayoría de partidos políticos no dispone siquiera de 350 fiscales para distribuirlos en todo el país, de por lo menos 24,450 indispensables, según la cantidad de mesas colocadas en los centros de votación, este mecanismo no solo resultaría económicamente democrático sino que permitiría la observación y fiscalización totales, anulando al mismo tiempo cualquier sospecha de fraude.


Una vez acabado el escrutinio en las cabeceras departamentales, las actas tendrían las firmas de aprobación de todas las organizaciones políticas y se transmitirían hacia el centro de cómputo del TSE y a los medios de comunicación para la transmisión libre e instantánea de resultados.


Y para garantizar que las urnas con los votos lleguen intactas y en tiempo a las cabeceras departamentales, bastará contratar cinco o siete empresas de correo y mensajería internacionales para cubrir los 340 municipios y solicitar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) el envío de una fuerza multinacional para custodiar los carros blindados de las empresas de correo, a las que se les colocaría un GPS y una escolta de drones para monitorear el recorrido.

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