Por Godo de Medeiros
La ruptura de la cantante colombiana Shakira y el exfutbolista español Gerard Piqué suma varias semanas en la cúspide de los temas más vistos en las redes sociales, desanudando a la vez añejas discusiones sobre las luchas de las mujeres y el empoderamiento de una agenda que va desde el derecho al aborto y acceso a programas de educación sexual y reproductiva hasta asuntos relacionados con la igualdad salarial y el acceso a recursos económicos para el desarrollo de empresas o emprendimientos (como suele llamar la elite empresarial a los negocios fuera del establishment).
En uno de los temas musicales que produjo luego de su separación con el excapitán del FC Barcelona, Shakira usó la frase "las mujeres facturamos", aludiendo acaso a la independencia económica en una realidad en la que no todas facturan, ni mucho menos en las proporciones de una artista cuya indignación hizo que catapultara a personalidades tales como Bizarrap y Karol G, contribuyendo a la vez con el posicionamiento de la King League, la empresa recién creada por Piqué.
Pero al margen de suspicacias respecto de si detrás de la separación hay una audaz campaña de mercadeo, lo cierto es que Shakira ha puesto sobre el despacho varios temas polémicos y no solamente el de la infidelidad, de filiación pagana, porque algunas de sus notables seguidoras han ampliado la base de la polémica a temas como el derecho a conocer la verdad desde una edad temprana (sus hijos, al parecer, ignoran que Clara Chía es la actual pareja de su padre y no solamente una amiga).
Y mientras el huracán sacude Facebook y Twitter y deja abundantes frutos en el suelo para quien quiera comer a placer, nadie ha dado gracias a Shakira por el valioso aporte a la discusión pública de las relaciones afectivas, del manejo de las crisis, del odio y el rencor, de la empatía y la compasión, aún cuando la celebrada intérprete de Hips Dont Lie Bamboo en la memorable final de Alemania 2006 dijera en una entrevista con el periodista mexicano Enrique Acevedo que "hay un lugar en el infierno reservado para las mujeres que no apoyan a otras".
Recientemente fueron blanco de ataques celebridades como Jennifer López, acaso la artista de origen latino con más discordias sentimentales acumuladas en el pasado y presente siglos, así como la actriz española Berta Vázquez, la cantante barbadense Rihanna y la mismísima Karol G.
El budismo explica, y es así, que el ego y el apego son la fuente del sufrimiento.
Pero también existe el sufrimiento infligido sutil o violentamente, como es el caso de los sistemas políticos y económicos responsables de las desigualdades sociales, de la pobreza, la denegación de justicia y el deliberado cierre de oportunidades para estudiar, que afectan tanto a hombres como a mujeres, siendo éstas las más vulnerables por la persistencia de una cultura hegemónica patriarcal y machista.
Al trascender sus asuntos personales al ámbito público por medio de la música, de algún modo Shakira introduce además un elemento insoslayable en la agenda actual de las mujeres: la lucha contra toda forma de violencia. Y en este punto vale recordar la actitud valerosa de otras artistas como las mexicanas Julieta Venegas y Natalia Lafourcade, las argentinas Marcela Morelo y Soledad Pastorutti , así como la británica Dua Lipa, quienes han elevado sus voces contra las injusticias y a favor de causas justas.
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