Xi y Putin al rescate


Por Godo de Medeiros

En la que puede calificarse cabalmente como reunión histórica, los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, coincidieron hace cinco días en Moscú para analizar, no cabe duda, las amenazas que acechan a la humanidad y los retos que supone enfrentarlas con posibilidades de éxito.

Adicionalmente, los estadistas conversaron sobre el plan de paz del gobierno de Beijing para Ucrania y Rusia, así como la concreción de un proyecto osado para la producción y transportación de recursos energéticos que traerá enormes beneficios para los países ricos y pobres del planeta.

Xi Jinping es un ingeniero químico de 69 años que gobierna China desde el 2012, habiendo logrado erradicar la pobreza absoluta de aquella nación de 1 mil 426 millones de habitantes y reducir la tasa de desempleo hasta un 5,5% en 2020.

Por increíble que parezca, en 1978, hace apenas 45 años, China era uno de los países pobres del mundo y hasta 1985 todavía el 90% de sus habitantes vivía en condiciones económicas paupérrimas. Hoy en día, el 90% tiene casa propia, por ejemplo.

Vladimir Putin es un abogado de 70 años que llegó al poder en el 2000, logrando desde entonces reducir la pobreza en Rusia hasta un 13% tras registrar un 50% en 1996. Es decir, en apenas 27 años se redujeron las desigualdades económicas y el desempleo en la nación euroasiática es de solamente un 3,7% en la actualidad.

China es la segunda economía global, mientras que Rusia, cuya población aproximada es de 145 millones 560 mil habitantes, ocupa el puesto once.

A la pregunta de cómo es posible que aquellos países representantes del "temible comunismo" o el "amenazante socialismo" registren tales niveles de desarrollo y progreso humano, la respuesta está en que son Estados fuertes porque basaron su desarrollo en una economía planificada que privilegió al ser humano, favoreciendo su acceso a la educación, la salud, la ciencia, la cultura y los deportes. Así de sencillo.

En su encuentro en Moscú, Xi Jinping y Vladimir Putin hablaron precisamente de cómo la solidaridad y la colaboración basadas en el respeto mutuo entre las naciones debe llevarnos a generar abundancia material para todos los seres humanos, sobre la necesidad de garantizar la comida y el techo, descontaminar el ambiente y echar mano de la creatividad para procurarnos energías limpias como una apuesta honesta y determinada frente a los reales y cada vez más cercanos desastres naturales que habremos de afrontar en un mundo devastado por la insensatez y la avaricia que caracterizan al capitalismo.

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente