La poesía es la sinceridad columpiándose



Por Godo de Medeiros

Escuchar a alguien decir "¡qué belleza!" o "¡qué hermoso!" cuando ha visto o escuchado algo pueda deberse a que ha experimentado un encuentro con el instante mágico y tal vez fugaz de la poesía.

Aunque dependerá de en dónde se esté, un atardecer nos sorprenderá más que el amanecer, porque la claridad de la mañana borra casi de inmediato los matices de la penumbra, mientras que la tarde demora en desvanecer la claridad.

Quienes perciben aquellas sutilezas en el paisaje tienen la mirada educada para la poesía, del mismo modo en que el oído estaría formado para tales propósitos al escuchar algunas músicas.

La poesía es el arte transversal de la creatividad humana.

El futbol, por ejemplo, permite a sus ejecutantes crear jugadas tan hermosas como un poema, tal el caso del FC Barcelona, Manchester City o Bayern de Múnich, equipos que todavía practican el futbol como deporte y coreografía a la vez.

Hace algunos días, el compositor e intérprete mexicano Marco Antonio Solís (el Buki) alegaba que sus temas románticos siguen enamorando a las juventudes con mayor efectividad que las canciones que abordan de manera abierta el sexo y la violencia.

Hará un mes en que millones de personas cuestionaron en redes sociales el listado de la revista Rolling Stone sobre los 100 mejores cantantes de todos los tiempos, que incluye a Rosalía, Beyoncé, Mariah Carey, Annie Lennox y Mary J. Blige, pero no a Céline Dion.

La celebrada publicación habría ignorado, según las quejas de los usuarios de Facebook y Twitter, particularmente, a otras jóvenes cantantes de innegable calidad como Dua Lipa, Natalia Lafourcade, Gaby Moreno, Marcela Morelo y Sandra Delaporte.

Y es que el punto de vista del Buki tanto como el de los indignados seguidores de Céline Dion tienen que ver con la poesía o la manera en que la entendemos, más allá de nuestras preferencias por un género musical.

La poesía no se explica; se siente.

¿Quién podría negar los motivos poéticos en Todo está regresando a mí  que desgarradoramente interpreta Céline Dion?, ¿quién negaría el ardor en O me voy o te vas y en Si no te hubieras ido, del Buki, aún con su descarado chantaje emocional?

No toda tentativa estética acaba en poesía, pero tampoco es honesto negar su existencia fuera de los estamentos conocidos en los que figuran Machado, Bécquer, Whitman, Paz, Vallejo y Baudelaire, entre tantísimos más. 

El mundo es un espacio desigual, injusto, atroz, redimible solamente en la poesía. 

¿Quién se arroga el derecho a negar que José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel, por ejemplo, no son poetas porque sus textos convertidos en canciones se inscriben en la corriente comercial dirigida a un público "inculto" o analfabeta?

Toda obra artística precisa de una intención poética, porque la poesía sirve para interrogar; para renombrar las cosas y dotarlas de belleza. 

La poesía es la sinceridad columpiándose. 


   

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