Un gestor como Joan Laporta

Texto ǀ Godo de Medeiros

En el modelo económico actual, los grandes equipos de futbol se gestionan como un Estado: se elige a una junta directiva y a un presidente para que procure los recursos económicos y contrate al personal idóneo que habrá de conducir al equipo o al Estado hacia la prosperidad o la miseria.

En la historia de la humanidad, hay pocas personalidades a las que se les puede recordar con admiración y respeto por sus logros al frente de sus respectivos Estados. 

Y dentro de esos pocos, que en realidad son suficientes, en el sentido de que nos bastaría con seguir su ejemplo para dotar al mundo de mejores maneras de convivencia, acaso a la memoria reciente de la humanidad le bastará recordar a un Abraham Lincoln por la abolición de la esclavitud, a un  Nelson Mandela por haber derrotado el apartheid sudafricano y a Fidel Castro por haber mantenido de pie a una nación y su pueblo que surgió de los principios de un profesor y poeta llamado José Martí y que ha sido el único país del planeta al que Estados Unidos ha robado a lo largo de seis décadas miles de millones de dólares por medio de un bloqueo económico estúpido y criminal.

Al margen de las figuras señeras del mundo real, el mundo de las fantasías tiene también sus héroes.

Cuando en los últimos años el FC Barcelona comenzó a rodar por el precipicio de la desesperanza, debiendo incluso deshacerse de su mejor activo, Lionel Messi, el planeta entero pensó en el hundimiento definitivo de un referente histórico que le ha dado más alegrías a la humanidad que la propia democracia.

Pero sería hasta marzo de 2021, con la elección de Joan Laporta como presidente, en que una cuña detuvo el giro definitivo hacia el fondo y con la ayuda de palancas el equipo comenzó a rodar, quién lo creería, en sentido inverso.

La recuperación del espíritu de lucha de Ousmane Dembélé, el arribo de refuerzos en defensa y la presencia de Robert Lewandowski (rebautizado como Lewamgolski por Laporta), parecen encarrilar al conjunto insignia de Cataluña hacia la felicidad con la que el juego agradable y las victorias retribuyen la admiración y la confianza de millones de personas en el mundo.

Imagen: La10



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